Mientras España se encuentra en estado de alarma por primera vez en la democracia y este 4 de diciembre de 2010 pasará a la historia triste y negra de nuestro país por este hecho y por el conflicto entre el Gobierno y los controladores aéreos en el que, como siempre, los que más pierden y los más afectados son los 300.000 ciudadanos atrapados en los aeropuertos de nuestro país, ni el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ni el líder de la oposición, Mariano Rajoy, han dado la cara en este importante día.
Rajoy al menos tiene excusa. Como muchos otros ciudadanos afectados, ha quedado atrapado en un aeropuerto de Fuerteventura, donde se encontraba pasando el puente de la Constitución junto a su familia. Por eso ha tenido que ser Esteban González Pons, responsable de comunicación del PP, el que ha comparecido esta mañana en una rueda de prensa.
Sin embargo, nadie sabe dónde está José Luis Rodríguez Zapatero. Imaginamos que el presidente del Gobierno ha asistido al Consejo de Ministros extraordinario que se ha celebrado esta mañana entre las 9 y las 12 horas en el Palacio de la Moncloa y en el que se ha decidido decretar el estado de alarma durante 15 días para luchar así contra el caos desatado por la huelga salvaje de los controladores aéreos. Ha sido Alfredo Pérez Rubalcaba el que ha comparecido en rueda de prensa para anunciar esta medida que se lleva a cabo por primera vez en nuestro país en democracia.
Algo que ha criticado especialmente González Pons quien, aunque ha apoyado al Gobierno en su acción contra los controladores aéreos y ha mostrado su solidaridad con los ciudadanos afectados, también ha criticado al Ejecutivo socialista por no haber previsto esta actitud de AENA y a Zapatero por no haber dado la cara en una situación tan importante para el país.
Es cierto que Rubalcaba ha capeado el temporal con nota en la rueda de prensa en la que ha anunciado el estado de alarma. Ha respondido a las preguntas de los periodistas y ha explicado con precisión y tranquilidad, casi con frialdad, las causas que han provocado esta medida y, sobre todo, las consecuencias que conlleva el estado de alarma para los controladores aéreos. Pero, sin quitar mérito a Rubalcaba, que ha estado a la altura de las circunstancias, también es cierto que en un momento así se echa en falta al presidente del Gobierno.
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Fuente | El País