Cuestión de principios.

Urna

Hoy quiero hablar de elecciones. Peor no de las próximas generales, o de reflexiones en las elecciones del mundo, ni siquiera de nuestras pasadas elecciones autonómicas. Quiero hablar de las elecciones y de nuestros votos, unos votos, que para muchos son irracionales, es decir, siempre he votado al PP y siempre le votaré; o yo voto al PSOE porque lo he hecho siempre.

Y creo que si los ciudadanos, todos los que nos presentamos cuando se nos convoca a las urnas hiciésemos ese proceso de reflexión, del porqué darles a unos u a otros el voto, creo que los políticos harían mucho más caso, y se empeñarían en hacer las cosas bien. Es más, si se fijan la mayoría de las provincias son de uno u otro gran partido mayoritario, y salvo excepciones, los grande partidos no hacen grandes campañas en los centros en donde tienen el voto perdido, y la campaña se concentra sobre todo en los lugares en los que hay más indecisos.

Y se han preguntado si hubiese muchos más de esos indecisos lo que pasaría. Pues que los programas políticos si servirían para algo, que esas absurdas etiquetas de una derecha e izquierda que hoy creo que se han disuelto en nada se eliminarían y que cada uno de los ciudadanos sería importante para ellos. Porque un voto puede marcar la diferencia. Pero claro, ellos saben que los ciudadanos están cansados, y cada día menos conformes con la política. Y eso, y ser de derechas o izquierdas históricas es lo que hace que el sistema se mantenga inamovible. Algo que tanto para el PP como para el PSOE les viene como anillo al dedo.