En España tenemos problemas estructurales. También políticos. Pero sobre todo culturales. Aquí nos hemos acostumbrado a que los derechos van por encima de todo y que el Estado está para dar. Está para dar a los que se han quedado en el paro. Está para dar a los que nunca han trabajado. Y está para mantener a quien no quiere trabajar. Y el problema es que si al bote nos sumamos todos, el bote se acaba. Y ese bote lleva ya un tiempo que no da para más. Porque para poder sacar, hay que llenarlo. Y claro a los que lo llenaban, le han puesto más impuestos, más sanciones, más multas y menos deducciones. Y a eso, en tiempos que el mercado no ofrece un consumo alto, solo significa que son más los que se suman al bote.
Y si queremos que las cosas cambien. Que cambien de verdad. Que ese bote deje de ser un problema, entonces hay que apostar por el cambio dentro de la sociedad. Porque si no, a España no hay quien la aguante. Y para ese cambio, lo primero que hay que hacer es dar líneas bases para el autoempleo. Pero un autoempleo de verdad. No de mentirijillas como tenemos a día de hoy. Formar a verdaderos emprendedores desde las escuelas. Emprendedores que con las ayudas que a día de hoy se destinan a causas perdidas podrán luego contratar a personal y sacar a más de los que estaban en ese bote.
Pero si solo hacemos que el bote aumente, y se elige el camino fácil, al final la sociedad se vicia. Y ya se sabe que cuando te dan, nadie va a buscar nada fuera.
Noticia | El País