Aunque pudiera parecer más que casual ver a los políticos metiendo la pata como la meten en muchas ocasiones, la mayoría de todos estos «incidentes mediáticos» están más que estudiados por un equipo completo que sabe muy bien qué es lo que quiere conseguir con cada una de estas que pueden parecer más frases coloquiales sacadas de contexto por unos cuántos periodistas con ganas de un buen titular, son en realidad algo más que eso, mucho más. Para entender su significado tenemos que remontarnos muchos años atrás, cuándo el gran Machiavello dejó como legado su libro El Príncipe, que todavía hoy en día marca las pautas fundamentales de la comunicación política, y que en uno de sus capítulos nos explica a la perfección cómo sacarse de la manga un tema que no viene al caso para que se hable de eso y solo de eso, mientras los problemas son otros y se legisla sobre ellos sin que la opinión pública apenas influya, porque no tiene acceso a la información, o ésta llega solo en parte.
Y eso se lo saben actualmente los del PP y los de CIU al pie de la letra. Y mientras ellos se dedican a dar ruedas de prensa para responderse de las declaraciones mútuas, de Mariano y de Artur, a los catalanes les preocupa pagar más impuestos de lo habitual con las últimas medidas llevadas a cabo por los nacionalistas, y a los españoles las estupideces que salen por la boca de algunos de los ministros para referirse a Cataluña. A ambos nos preocupa más la pésima situación económica, el paro, qué van a hacer los jóvenes, los recortes en educación y en sanidad y muchas otras cosas entre las que no ocupan los primeros puestos ni la independencia ni la dependencia.
Pero claro, mientras la prensa se llena de esos titulares, de esas declaraciones y ponen a ambos líderes en primera plana, los del PP y de CIU ganan tiempo para ir aplicando reformas, como las locales del ayuntamiento de barcelona que exigen que los baños de los bares sean accesibles a todo el público y con una cantidad de metros jamás exigida, poniendo más trabas a los empresarios; o lanzando el recorte en la nómina de diciembre de los funcionarios, que no solo se quedan sin la extra si no que cobrarán menos que un mes normal. Y todo esto pasa prácticamente desapercibido. Con lo cuál, nadie se entera y parece que en España nos preocupa la independencia o no independencia, y en campaña electoral, dicho sea de paso, a ambos les viene muy bien que no le saquen los trapos sucios. Así, los ciudadanos no votaran por lo que han o no han hecho, si por independencia sí, o independencia no. ¿Sabían que también hay el voto en blanco? Lo dejo caer…