Una sentencia del Tribunal Constitucional ha negado a los padres el derecho de poder educar a sus hijos en casa en lugar de escolarizarlos y llevarlos a colegios. Aunque son minoría, eso nadie puede negarlo, existen padres que prefieren educar a sus hijos en sus propios hogares en lugar de escolarizarlos y que acudan a un colegio, ya sea público o privado. Sin embargo, ahora el Tribunal Constitucional ha negado este derecho de elección y ha abierto de esta forma un nuevo debate en la eduación de nuestro país, ya de por sí controvertida y polémica.
¿Por qué no pueden unos padres elegir libremente qué educación darles a sus hijos? ¿Por qué se da por hecho que la educación recibida en casa va a ser peor, inferior y de menor calidad que la que van a recibir en el colegio? ¿Por qué se da también por hecho que los niños educados en casa van a tener problemas de desarrollo, de adaptación social y de nivel educativo en el futuro?
El sistema educativo español no goza precisamente de muy buena calidad ni de un gran nivel y mucho menos de una buena imagen o reputación. No hay más que recordar los resultados que cada año nos muestra el informe PISA. Por si fuera poco, los profesores cada vez se quejan más de las condiciones en las que tienen que desempeñar su labor. Clases masificadas, alumnos que no dejan estudiar a los demás, faltas de respeto, insultos, violencia, tensiones, estrés y en muchos casos, hasta depresiones.
Con este panorama, no es de extrañar que haya padres que prefieran no incluir a sus hijos en este sistema educativo y opten por educarles ellos mismos en casa. No veo porqué no pueden hacerlo, siempre y cuando los padres tengan la formación suficiente para hacerlo. Y si una de las razones que se exponen para negar a los padres este derecho de elegir la educación de sus hijos es precisamente las dificultades que tendrán los chavales para acceder a la universidad, no veo por qué no se pueden crear unos exámenes a los que sea posible presentarse por libre. Si en esos exámenes se demuestran los conocimientos necesarios, qué más da que se hayan obtenido en casa o en el colegio.
Pero está claro que, al menos a día de hoy, todavía queda mucho camino que recorrer para que en España los padres puedan elegir dónde prefieren educar a sus hijos, al contrario de lo que pasa en otros muchos países.
Fuente | El Mundo