Las elecciones gallegas y vascas están a la vuelta de la esquina. Precisamente por eso, las mejores armas de los partidos se ponen de cara al escaparate mediático. Mientras hace una semana Rajoy se empeñaba en decirnos que hacía lo mejor para España con sus interminables recortes, ahora ya nos cuenta que no habrá subida de IVA, si no todo lo contrario, que en 2013 estaremos mejor y que bajará los impuestos. ¿De verdad? Pero si las estimaciones son pésimas, y todos creen que sus recortes no darán los beneficios esperados. Y además el Estado, y digo Estado que no autonomías, ya ha superado el déficit con el que se comprometió con Bruselas. O sea, que todo es agua de borrajas electoral. Como lo fue con las promesas antes de las andaluzas.
Precisamente por eso, y viendo que en el BNG o no se ponen de acuerdo o se van por las soluciones saltándose la ley que proponen algunos como Gordillo, el seños Vázquez no me inspira ninguna confianza en el PSOE, que UPyD y Rosa Díez dijeron casi de todo menos bonito sobre Galicia en el pasado, y que las demás fuerzas minoritarias no se sabe ni a lo que van a las urnas con una escasa comunicación, mi voto será en blanco.
Y no es porque no le tenga, a pesar de ser de izquierda cierto aprecio a Feijóo, al fin y al cabo creo que es uno de los que mejor lo ha hecho. No subió las tasas universitarias, no se sumo a los pagos por servicios médicos cuando algunas autonomías dijeron que si, ni tampoco fue de los que más burradas cometiese. Es más, las cuentas lo demuestran. Sin embargo, no es personal. Es que al señor Rajoy hay que enseñarle que todo lo que ha hecho no está bien, y creo que los ciudadanos debemos hacerlo en cada ocasión que tengamos en las urnas. Es el voto castigo y como por el momento, el gobierno de Rajoy es legal, pero no legítimo, yo quiero ejercer mi legítimo derecho a castigarles. Por eso, mi voto señor Feijóo, será en blanco