La verdad es que todas las noticias, al menos las más importantes que nos llegan hoy desde el ámbito de la política española tienen que ver con la economía, como decía Soraya, o sí o sí. La realidad es que tras vivir varios años en Italia me empiezo a dar cuenta, al volver a España que las cosas están pintando como lo hacían allí hace unos años, y al final todos hemos visto como termino la Bella Vita. Intervenida por la UE.
Aquello de subir impuestos a las familias, asegurando que llegarían nuevas leyes que pondrían orden en el desajuste de los que más cobran y los que menos cobran, aquello de prometer no subir IVA y aquello de que Hacienda persigue al que no paga eran también las frases que un buen día decía Berlusconi, para el día siguiente, cambiarlo todo y subir impuestos no crear ninguna política fiscal y perdonar al que defrauda.
¿Les suena? Pues sí, hoy se ha creado una ley en la que aquel que haya defraudado puede confesar, garantizando la confidencialidad y que no se le penalizará. Hasta el 30 de noviembre. Eso sí, los que cumplimos con los plazos y los que actuamos con la ley tenemos que enfrentar el mayor recorte de la historia de España en ministerios, asumir cargos en la administración de justicia que supondrán que solo unos cuantos privilegiados conseguirán que se haga lo que dice la ley, y las grandes empresas no tendrán más deducciones por lo que estarán mirando a Europa para largarse cuanto antes.
Y menos mal que en campaña el PP apelaba a la confianza, apelaba a no subir impuestos y a crear una reforma laboral que parase el paro. Que si nos llegan a decir lo contrario, no se donde acabaríamos. Y no me queda más que cerrar con la frase que voy a hacer un mito porque ¡Qué país!