Soy de los que piensan que el reciente Acuerdo Social y Económico, firmado por Gobierno y sindicatos, y que incluye una importante reforma de la pensiones, es un paso más en la lista de medidas tomadas por este Gobierno sin haberlas explicado previa y adecuadamente a los ciudadanos.
Y es que nos han intentado vender la moto con que se trata de una solución estructural a los problemas de la economía española, cuando el único objetivo ha sido ahorrar costes y, lo más grave, haciendo que la carga de ese ahorro vaya sobre todo a las clases medias. En el colmo del sinsentido se nos ha llegado a decir que las pensiones no se reducían y que al mismo tiempo se producía un ahorro de costes de un 3,5% en el PIB. ¿Otro conejo en mal estado que sale de la chistera de Zapatero? ¿Se piensan que somos tontos?
Con independencia del problema demográfico real que ha supuesto el incremento de esperanza de vida habido durante los últimos treinta años (no nos engañemos, hace un par de años este problema era el mismo…), la razón inmediata para esta reforma ha sido el aumento del paro y, sobre todo, la presión de los mercados.
Según los expertos, las pensiones representan en la actualidad un 8% del PIB y en el 2050 podrían representar el doble. Lo cual hacía necesario actuar ya. Y lo que se ha hecho es tomar la decisión más sencilla: rebajar las pensiones, ya sea aumentando la edad de jubilación (lo que quiere decir que se reducen los años en los que se percibirá pensión) y ampliando la base de cálculo de los 15 últimos años a los últimos 25. Las estimaciones son complejas, pero parece existir bastante consenso en que estas medidas supondrán un ahorro de un 10% en la pensión media.
Y me dejo en el tintero un asunto de extrema importancia pero que se ha dejado pasar como una cuestión para expertos. El Acuerdo esconde una trampa: el factor de sostenibilidad. El mismo puede significar que en unos años no estemos hablando de 67 años, sino de 69, o más, en función de la evolución de la demografía y del empleo…
Como ciudadano, hay preguntas que quedan sin resolver:
¿Por qué se nos ha hurtado un verdadero debate para un asunto tan importante como éste? Las declaraciones de la portavoz del PSOE en el Pacto de Toledo, López Chamosa, en el Congreso, fueron una desagradable metáfora del nivel del debate. Ella no entiende nada; nosotros tampoco… ¿Estos debates, que se han producido en otros países de la UE, se han resuelto de una manera tan superficial? Os puedo garantizar que no. Y podría poner el ejemplo de Suecia.
Pero es que, además, ¿es posible que se hayan utilizado alegremente las cotizaciones en el pasado (hace bien poco), cuando se hablaba de superávit de la seguridad social? ¿Va a responder alguien por esta juerga que se ha financiado con el dinero de todos y que ha acabado como ha acabado?
Y para terminar. Entiendo que todo evoluciona muy rápidamente y es difícil predecir el futuro, pero ¿tanto como para que en el Programa con el que se presentó el PSOE en el 2008 no se hiciera ninguna mención al asunto (sí, al pleno empleo, ¡qué ironías!)? ¿Eso le resta legitimidad para firmar acuerdos de este calado a un año vista de perder, previsiblemente, las elecciones? La solución, muy pronto, en las mejores carteleras electorales de este país.