El cambio. Llámalo como quieras: progreso, cambio, “nada es para siempre”. Fíjate cómo ha cambiado España. Por ejemplo: ahora vivimos mucho más, nuestra esperanza de vida es mayor y tenemos menos hijos. También disfrutamos de una mayor calidad de vida.
Recuerdo a mi abuela cuando yo era pequeña. A mí no me queda ninguno de mis abuelas/os, pero les recuerdo a los sesenta y pico años muy mayores. Muy mayores. Yo ahora veo a gente de sesenta y pico y, en general, me parecen unos chavales.
Lo confieso: cuando me jubile dentro de muchos, muchos años, quiero tener una pensión. No es algo en lo que piense, tengo 33 años y me queda toda la vida laboral por delante, pero quiero una pensión y vivir mis últimos años en la tierra con cierta relajación. ¡¡Ojalá que pueda ser así!!
La reforma de las pensiones no se ha hecho para hoy. Se ha hecho para mañana. Para mí, que me tocará jubilarme por el 2045. Mi padre, que no entendía nada y que ante la duda ponía verde al gobierno, cambió de opinión por varias razones:
- Papa, tú ya tienes pensión, ¿crees que es bueno que yo tenga la mía? Obvio, es mi padre, ¡claro que quiere!
- Hablamos del tema demográfico y de la sostenibilidad del sistema. De cómo ha cambiado el mercado laboral, de flexibilidad… ¡¡si es que no tiene nada que ver el mundo laboral ahora de cuando yo comencé a trabajar!! (hay de todo, entre las cosas buenas que han cambiado es que procuramos que los niños de 14 años no se tengan que poner a currar)
- Definitivo: acuerdo social y económico, esto sí que le terminó de convencer. Yo creo que a todos nos dejó más tranquilos el acuerdo social, porque el juego en equipo siempre es mejor. Porque el acuerdo en estas materias tan importantes es necesario.
No creo que haya nada más progresista que asegurar el futuro del sistema de pensiones para los ciudadanos.
Este Acuerdo, para que nuestros parámetros del sistema de pensiones sean homogéneos a los países más avanzados y se haga de forma gradual y flexible, incorpora además novedades importantes de reconocimiento a jóvenes y a mujeres, que pueden contribuir a la política en favor de la natalidad y del reconocimiento de aquellos que más dificultades objetivas pueden tener en su carrera laboral. Además, este Acuerdo moderniza el sistema de pensiones con la introducción de un factor de sostenibilidad, como el que ya han incorporado otros países como Dinamarca, Alemania o Francia, que permitirá adaptar el sistema a la evolución de la esperanza de vida a partir de 2027, cuando la reforma esté plenamente implantada.