Hoy me gustaría hablar en nuestro blog partiendo de la escena del film argentino Martin (Hache), la cual de seguro no les dejará indiferentes. En ella, el protagonista desde un tono más que pesimista defiende que la patria es un invento, porque la patria no se extraña, y creo que hoy en día el tema es de actualidad, aunque nuestros dirigentes no quieran que lo sepamos. Primero les dejo el film y luego les expongo mi opinión.
Resulta que cuando se dice se extraña al barrio, a los amigos, pero no al país, se tiene toda la razón. Basta con preguntarse, y eso ya en ámbito amplio que tienen los catalanes, los andaluces o los gallegos en común. Desde lenguas, pasando por gastronomía o modos de vivir diferentes son solo la base de una diferencia que no nos puede englobar dentro del mismo sitio.
Pero no se vayan a pensar que ahora defiendo yo a los que esperan la secesión, o a los que son independentistas por norma. Ni mucho menos. Me parece bien que tengamos un DNI español, y un pasaporte español, pero todo lo demás, eso de ser patriótico, lo de sentirse español sobre todas las cosas, y lo peor, pensar que eso de ser español te hace ser mejor que el resto, es el error más imperdonable de la humanidad. Y lo peor de todo es casi todos caemos en el pecado.
Quizás mi caso, con dos nacionalidades, y viviendo en varios países de Europa me ha hecho superar ese problema de que cada persona pertenece a un territorio. ¿Y eso donde está escrito? Cada uno de nosotros somos elementos plurifacéticos, y eso del patriotismo, ya sea español, americano, griego o francés es la cosa más absurda que se han inventado. Todo para controlarnos por ovejas. Y como tales, todos hemos caído en él.
