Hoy mismo ha tenido lugar en Belgrado, Serbia un fuerte enfrentamiento entre grupos ultraderechistas homófobos y la policía serbia. Estos grupos estaban en contra de la que sería la primera marcha del orgullo gay que se celebraba en el país y que a estas horas ya ha finalizado su recorrido en medio de fuertes medidas de seguridad.
Este tema me hace reflexionar sobre Europa. La Europa donde vivimos. En este momento son 27 los países miembros, 27 países de diferentes culturas y modo de pensar que forman parte de un mismo territorio. La idea es perfecta. Y ampliarlos hasta conseguir que todo el continente pase a ser considerado un gran país me parece todavía mejor. Sin embargo, en Europa hay unos valores, de libertad, de modo de pensar, de aperturismo… que como ciudadana europea, yo, no quiero perder. Por ello, Serbia como candidata a la UE en los próximos años, debe luchar por inculcar esos valores, valores de que todos somos iguales, indiferentemente del sexo, o de la sexualidad.
Creo que el gobierno serbio ha actuado bien. Pero no basta con actuar. No basta con frenar a los ultraderechistas, hay que trabajar en la educación, en enseñar a los más pequeños que el mundo es mucho mejor si cada uno tiene libertad para hacer su vida, sea como sea que él quiera. Y esta reflexión no vale sólo para Serbia, vale también para nosotros, la Europa de los 27, que no siempre actuamos bajo esta premisa.