Dos detenidos, para dejar las cosas claras

Guardia Civil, Zapatero, Rubalcaba, Gobierno, Batasuna, elecciones

No han pasado ni 24 horas desde que ETA, a través de un comunicado, declarase ayer un alto el fuego permanente, general y verificable y el Gobierno ya ha querido dejarle las cosas claras a la banda terrorista. ¿Cómo? Deteniendo a dos de sus miembros en Zarautz (Guipúzcoa) y en Ciboure, en el sur de Francia.

Estas detenciones suponen toda una declaración de intenciones del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ayer, tanto él como Alfredo Pérez Rubalcaba ya dejaron claro que este alto el fuego no es suficiente y que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado seguirán luchando contra el terrorismo. No hay tregua ni el alto el fuego que valga mientras ETA no abandone definitivamente las armas.

Se puede decir más alto, pero no más claro. El Gobierno no está en tregua, no se cree el alto el fuego y no va a bajar la guardia en su lucha contra el terrorismo. Con el comunicado de ayer, ETA puso sus cartas sobre la mesa y expuso sus condiciones para poner fin al terrorismo: cese de la represión policial y referéndum para decidir el futuro de los vascos.

Ahora le ha tocado el turno al Gobierno, que también ha mostrado sus cartas: lucha policial contra el terrorismo. Así de simple. No hay más. En este conflicto que dura ya más de 50 años y que se ha cobrado la vida de más de 900 personas hay dos posturas enfrentadas, opuestas y antagónicas que no están dispuestas a ceder. Como decía ayer, esto es el cuento de nunca acabar.

Sin embargo, es lógico que nadie dé credibilidad al comunicado de ETA. Se ve desde lejos que es una nueva tregua trampa, un alto el fuego de cara a la galería y con el único objetivo de que Batasuna esté presente en las próximas elecciones municipales que se celebrarán en mayo. ETA ya no engaña a nadie.

Ojalá realmente este alto el fuego permanente, general y verificable suponga el fin del terrorismo, de la barbarie, del sin sentido. Pero, aunque sea triste, me temo que no será más que una nueva estratagema de ETA y de su entorno para lograr sus objetivos sin dar nada a cambio.

Fuente | El País