Hoy os quiero hablar de un asunto de política internacional. Un asunto relacionado con los españoles en Venezuela. Un asunto que he conseguido conocer de primera mano, una historia contada por sus protagonistas. Lo cierto es que los seres humanos tenemos una tremenda capacidad para olvidar. Para olvidarnos de lo que hemos sido; de lo que hicimos hace apenas unos años. Y precisamente hoy es momento de hacer memoria, de recordar que no hace tanto, los españoles teníamos que buscar futuro más allá de nuestras fronteras, y muchos de ellos, tuvieron que tomar las maletas y marcharse, cruzando el Atlántico en busca de un futuro mejor. Ese futuro mejor, consiguió que en la década de los 90, muchos de ellos consiguieran hacerse importantes, tras lustros de trabajo. Y todo iba bien; habían sido capaces de adaptarse al país, sus hijos ya eran venezolanos, sus negocios florecían en un afán de duro trabajo y de no tirar jamás la toalla, con el sueño truncado de poder volver a su tierra.
Todo iba bien. Hasta que un día los españoles en Venezuela vieron como perderlo todo por Chávez y su revolución. Expropiaciones, invasiones, insultos y amenazas era la crónica diaria. Muchos acudieron al reclamo del que todavía sienten como país propio, España, y saben cual fue la respuesta del que en su momento era ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos: «Hugo Chávez ha sido electo por una abrumadora mayoría como presidente de Venezuela»¿Y ya está? O sea, ¿yo me marcho de España, a buscar un futuro que políticamnete no se construía, invierto mi tiempo, esfuerzos y dinero para construir una empresa, que cuando está en sus mejores tiempos es expropiada por un gobierno corrupto, manipulador y comunista que encima no sabe llevarla a delante, y lo que obtengo como respuesta al problema son los resultados electorales? A mi que me importa. Yo quiero soluciones, yo quiero que me devuelvan lo que es mío, yo quiero que mis hijos puedan vivir como yo he luchado hasta ahora, yo no pido subvenciones, ni ayudas, pido que me dejen vivir.
Y es que a los españoles en Venezuela vieron como perderlo todo por Chávez y su revolución no les queda otra que pensar que al final iba a tener razón aquella frase de mejor ladrón que honrado.