En casa, como en ningún sitio

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En casa, como en ningún sitio. Eso es lo que deben pensar los universitarios españoles, porque el 70% de ellos vive con sus padres. Al contrario de lo que pasa en el resto de Europa, donde los estudiantes eligen la universidad en la que quieren realizar la carrera por el prestigio del centro, en España lo eligen por la cercanía a su lugar de residencia así que, si la universidad está en la misma ciudad o en la misma provincia, para qué se van a marchar a estudiar fuera de casa.

Sin embargo, este hecho no nos deja muy bien situados ante nuestros vecinos europeos. Pero, lejos de criticar al sistema educativo y universitario español y las motivaciones de los jóvenes a la hora de estudiar una carrera, lo que deberíamos hacer es analizar las causas de todo esto y preguntarnos por qué los universitarios españoles no se marchan de casa.

Creo, que hoy por hoy, la respuesta es muy fácil de encontrar. Los universitarios, en la mayoría de los casos, no tienen un trabajo y, si lo tienen, no está lo suficientemente bien remunerado como para permitirles independizarse sin que eso suponga un gasto dificilmente asumible por su familia.

Todo esto nos lleva a un círculo vicioso del que resulta muy difícil salir. A los estudiantes les encantaría poder compaginar sus estudios con unas prácticas en una empresa. Les gustaría, como se suele decir, trabajar en lo suyo. Sin embargo, a día de hoy, con la que está cayendo, ¿cuántas empresas ofrecen trabajo a jóvenes que todavía no son lincenciados o diplomados, que no tienen un título y tampoco experiencia?

Yaun  en el caso de conseguir un trabajo durante la carrera, ¿a cuánto asciende hoy en día el sueldo de un becario, de un trabajdor en prácticas? Desde luego, no a tanto como para permitirle marcharse de casa de sus padres y pagar un alquiler y todos los gastos que conllevan emanciparse.

Antes muchas empresas pedían entre 1 y 3 años de experiencia para contratarte. Ahora la exigencia se ha elevado a entre 3 y 5 años de experiencia. Pero si nadie les da a los jóvenes estudiantes una oportunidad laboral, ¿cómo van a conseguir esa experiencia?

Aun así, intentemos pensar en positivo. Los universitarios lo tienen muy difícil para conseguir un trabajo mientras estudian. De acuerdo, olvidémonos del empleo. ¿Qué otros ingresos puede conseguir un joven estudiante para poder marcharse a estudiar fuera de su ciudad? Las becas. Pero. volvemos a lo mismo. ¿A cuánto ascienden esas becas? En el mejor de los casos, son suficientes para cubrir los gastos de la matrícula de la universidad. ¿Pero qué pasa con el alquiler y todos los demás gastos? Una vez más nos encontramos en un callejón sin salida.

Así las cosas, nadie duda de que el panorama que se les presenta por delante a los universitarios españoles está lleno de nubarrones, es negro, muy negro. Y todo esto mientras estudian una carrera. Porque lo que llega una vez que han obtenido el título no es mejor, ni mucho menos. Teniendo suerte, conseguirán un trabajo como becario en el que cobrarán una miseria y trabajarán muchas horas, incluyendo muchas veces fines de semana y festivos. Y cuando esa beca se acabe, se sumarán a las listas del paro o, en el mejor de los casos, conseguirán un contrato temporal, un contrato por obra o un empleo a través de una ETT…

En fin, casi mejor no pensarlo, porque entran ganas de llorar. Con este panorama, no me extraña que muchos amigos, conocidos y compañeros de instituto o universidad hayan decidido hacer las maletas y marcharse a buscarse la vida a Inglaterra, Alemania o Francia. Mucho ánimo a todos los estudiantes, los universitarios y los jóvenes en general. La crisis no pueden durar siempre. Algún día se acabará.

Fuente | Público