El optimismo del nuevo ministro de Trabajo

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El nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha estrenado su cargo en el recién renovado gobierno de Zapatero con grandes dosis de optimismo y muy pocas de realismo. Según ha asegurado, el ejecutivo trabajará a partir de ahora para conseguir que la recuperación  económica reanime el mercado laboral y ha vaticinado asimismo que a partir del próximo año 2011 se creará empleo en España.

Parece que Gómez ha olvidado que hoy en día, cuando sólo faltan poco más de dos meses para que comience 2011, en nuestro país hay más de cuatro millones de parados. Según el ministro de Trabajo, aunque España tiene gran capacidad de absorber mano de obra disponible, la recuperación será lenta pero, aun así, servirá para generar empleo. Nadie duda de que todos queremos que la economía española se recupere y que el mercado laboral se reactive. Pero no basta con desearlo. Hacen falta medidas, iniciativas y planes para que estos deseos se hagan realidad.

Por si este desmesurado optimismo y esta falta de realismo no fueran suficientes, al sucesor de Corbacho le han llovido las críticas por haber asistido a la manifestación del 29 de septiembre, el día de la huelga general contra la reforma laboral que ahora tendrá que aplicar. Sin embargo, Valeriano Gómez se ha mostrado tranquilo ante esta polémica y ha asegurado que no se siente incómodo y que si acudió a la manifestacón fue porque quería apoyar a los sindicatos y a los trabajadores, no porque estuviese en contra de la reforma laboral.

Precisamente los sindicatos le han pedido al nuevo ministro de Trabajo que dé marcha atrás con la reforma laboral y que si, ya no es posible suprimirla, al menos la modifique. Por su parte, Valeriano Gómez se ha mostrado favorable a retomar el diálogo tanto con la patronal como con los propios sindicatos. Desde luego, le va a hacer falta mucho diálogo para que las relaciones entre gobierno y sindicatos vuelvan a ser fluidas después de los desencuentros provocados por la huelga del 29-S.

Y, por si tuviera pocos retos que afrontar, el nuevo ministro de Trabajo tendrá que sacar adelante la reforma de las pensiones y la reforma de negociación colectiva. Si el 29 de septiembre Valeriano Gómez quiso demostrar que apoyaba a los trabajadores y a los sindicatos, ahora tendrá que hacer malabarismos para contentar a todos: sindicatos, trabajadores y patronal. Con cuatro millones de parados y la crisis económica, al nuevo ministro de Trabajo le van a hacer falta todas sus dosis de optimismo porque le ha tocado bailar con la más fea.

Fuente | El País