M siento profundamente defraudada. Aunque ya lo he comentado en otras ocasiones, la situación del que es mi país de nacimiento es cada día peor. Venezuela está pasando por una de las peores etapas de su historia, y quizás la ausencia de un Chávez que nunca sus detractores pensamos que pudiese tener peor sucesor haya agravado el problema, porque además de seguir en una línea de destrucción total de la economía productiva, de sustento de países de los que no se obtiene nada a cambio o solo migajas, nos enfrentamos al que es un duro golpe democrático. Ese señor que se llama a sí mismo presidente, Nicolás Maduro, no lo es, y esa ilegitimidad dada por haber autoproclamarse vencedor en un fraude que consolidó con el resto de poderes pasa factura a base de represión al que no piensa como ellos.
Pero como decía en mi primera frase, me siento defraudada. Parece mentira que España, que por cierto también es mi país, que para eso tengo la doble nacionalidad, haya olvidado tan pronto los años de dictadura. Son muchas las veces que utilizo las redes sociales, foros y blogs para tratar un tema que me parece primordial como lo es la situación venezolana y que las respuestas que encuentro de los compatriotas españoles son precisamente de la tónica de tener que callarme porque un español no es quien para meterse en los asuntos de Venezuela. Vamos, lo que dice el Ilegítimo y compañía cuando los organismos internacionales no le caen al trapo con sus maletines de petrodólares.
Y sintiéndolo mucho yo me reafirmo. Seguiré hablando de Venezuela cuando me plazca. Primero porque vivimos en un mundo globalizado y si eres de la opinión de que no me meta en asuntos de otros te diré que entonces pruebes a no hablar de Siria, a no preocuparte de Israel, a no ocurrírsete mencionar a Corea del Norte, a no criticar a Berlusconi, y a no comparar tus cifras económicas con Portugal y Grecia. Al fin y al cabo, según tu teoría ¿quién te dio vela en aquel entierro?
Segundo porque yo soy venezolana, y a mi si mi importa lo que pase en mi país, al que cada día veo como lo ahogan en una miseria que no se merece. Al que cada día le veo menos posibilidades para la gente de a pie. Y al que cada día veo convertirse en el refugio de los delincuentes y en la trampa para los hombres y mujeres de bien, que son, la gran mayoría, menos el grupito de Enchufados y los malandros que apoya Maduro.
Por último, pero no menos importante, voy a seguir hablando de Venezuela, y de cualquier otro país del mundo en el que se viole la democracia, se reduzcan las libertades del pueblo y se condene a inocentes como al General Antonio Rivero, por pertenecer a un partido político. Eso huele a fascismo puro, porque Franco, para el que no tenga memoria histórica, hizo lo mismo. Y dicho esto, el que crea que sigo sin poder opinar de lo me plazca, le recomiendo comprarse un billete para Cuba o para Corea del Norte porque por aquellos lares no dejan decir a cada cual lo que les plazca. ¡Buen viaje!