La izquierda abertzale, esa formación que tantos rompederos de cabeza trae al gobierno español parece mostrarse ante la opinión pública dividida. Dividida y sin un punto en común. Ayer se reunieron los dirigentes veteranos de Batasuna, y llegaron a la conclusión de que apostarán por: «un proyecto político y organizativo democrático y, por lo tanto, comprometido con las vías exclusivamente pacíficas y políticas».
Esto lo hacían los veteranos de Batasuna, aquellos que por allá por 1977 habían creado la mesa de izquierda abertzale y sentado los ideales de Batasuna. Sin embargo esta reunión tiene dos interpretaciones, la primera, que si bien los dirigentes actuales de Batasuna, los que hoy en día llevan el mando no han asistido, algún motivo habrá. ¿Será que hay una ruptura interna entre veteranos y nuevos dirigentes? ¿Será que ya no se basan en los mismos discursos? Lo cierto es que por ahora no han salido a la luz las razones del porqué no han acudido al encuentro los dirigentes de la formación.
La segunda conclusión está relacionada con lo de siempre. La condena a ETA. La reunión de los veteranos de ayer no tocó en ningún momento este tema, ni siquiera lo mencionó y por si fuera poco ni siquiera han respondido a ninguna pregunta. O sea, que estamos donde estábamos. Queremos gobernar, queremos entrar en política pero seguimos defendiendo una no-condena a ETA.
Y yo me pregunto ¿Cuántos años más tienen que pasar para que la izquierda abertzale entienda que sin condena a ETA no van a pasar a formar parte de nada? Pues parece que la lección aún no les ha entrado en la cabeza, y por ahora la no-condena a ETA sigue sobre la mesa.