Caso Garzón: los inocentes del caso Gürtel y la flaqueza de la justicia española

Cada día me doy más cuenta de que vivimos en un mundo al revés. Se castiga a los que no lo merecen, y se premia a quien no tiene ningún mérito, y todo esto fundamentado por el que se llama a sí mismo Estado de Derecho. En la justicia española tenemos miles de ejemplos, de casos graves y de andar por casa de como el culpable no es siempre el que paga, y de como el inocente, a veces se lleva culpas que no son suyas. Y claro, estos días hablar de justicia es hablar del Caso Garzón

Y aunque el título que he elegido Caso Garzón: los inocentes del caso Gürtel y la flaqueza de la justicia española pueda parecer toda una declaración de intenciones en la inocencia del juez, no me malinterpreten. En primer lugar, la verdad es que Garzón no es santo de mi devoción, porque no me gustan los personajes que se hacen mediáticos cuando su profesión no lo requiere. Sin embargo, en este Estado de Derecho, en el que la justicia debería ser la primera baza alrededor de lo que gira todo lo demás, se dan prioridades a los delincuentes de los que no lo son.

Así, con los problemas que tiene España, celebrar un juicio que mantiene al pueblo pendiente de la TV por unas escuchas al caso Gürtel, uno de los más polémicos en historias de corrupción política, y acusar a uno de los jueces de haberse extralimitado porque los acusados estaban en todo su derecho de la privacidad del secreto profesional con sus abogados, es como poco, incoherente.

Y es que este Estado de Derecho que hemos construido se basa en que todos tenemos derechos y que ninguno deberes. En cambio si a medida que perdemos los deberes, o nos los dejamos olvidados, perdiésemos esos tan preciados derechos, quizás, y digo solo quizás, la justicia funcionaría, como todo lo demás. Mientras tanto, así nos va…

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