Somos todos unos hipócritas. Esa es la verdad de nuestro país. Resulta que hoy me levanto con la noticia de que Manuel Fraga ha muerto, y todos los medios, y digo todos se empeñan en demostrar lo buen político que fue. Todo lo que pudo ser y a lo que renuncio. Y todos los políticos, de izquierdas y de derechas acuden a su funeral con palabras de agradecimiento al que fue el padre de la democracia. Y todo esto no estaría fuera de norma si fuese así mientras él vivió, pero no hay nada más distinto.
Tanto dentro del PP como dentro del PSOE Manuel Fraga tenía fuertes críticos que hoy decían por esa boca maravillas de uno de los fundadores de la derecha española. Y lo digo en general, no solo por los miembros del PP. Y así queda de manifiesto que parece que cuando uno se muere todo lo malo se olvida y se queda solo lo bueno.
Y la verdad es que cuando creía que un poco de sentido crítico llegaba a la política de la mano de los partidos de la izquierda, como IU, no tarde más que dos palabras para darme cuenta de que solo se estaban persiguiendo beneficios electoralistas, porque recuerden que en Andalucía pronto empieza una nueva carrera a las urnas. Y sus expresiones de hacernos recordar de que Manuel Fraga fue ministro del franquismo no fueron menos oportunas por ser ciertas, si no por los modos. Los cuales no creo que tarden mucho en volverse en su contra, porque nadie puede obviar que el único nexo que quedaba vivo entre la dictadura y el PP era Manuel Fraga. A ver ahora cual va a ser la estrategia sucia del PSOE y los demás para decir que el PP no se ha renovado. Y cual va a ser la del Pp para defenderse de sus pecados capitales, ahora que han pasado a mejor vida. Vamos que se llamarán de otro modo, pero que seguirán siendo estrategias políticas. Nada más.
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