El 85% de los españoles cree que la corrupción está bastante extendida en nuestro país. Ese dato, contrasta con la nota del nivel de democracia del que hemos hablado ayer. Un 5.9. Que no me había parecido poco con todos los problemas a los que nos enfrentamos. Sin embargo, lo que más me preocupa no ese 85% que cree que en España los políticos son corruptos, si no el 17% que hasta cierto punto lo justifica diciendo que es parte de la naturaleza humana.
Sea de un modo u otro ciertamente me preocupa que justifiquemos un comportamiento que en democracia debería ser perseguido con la ley. Y si nosotros mismos, los ciudadanos justificamos este tipo de acciones, no se cuál será el sentido del gobierno.
Si ahora nos centramos en las estadísticas, el mayor porcentaje de sensación de corrupción según los barómetros del CIS está presente en las mujeres, y en los jóvenes con edades comprendidas entre los 25 y los 34 años.
Evidentemente, los casos de corrupción abiertos en las listas de algunos de los candidatos a las elecciones municipales imputados en corrupción, tanto del PP como del PSOE son importantes en cuanto a las consideraciones de los ciudadanos, que por una parte se sienten amenazados, y por otra, algunos de ellos viven con el hecho de que mala o buena la corrupción parece ser un comportamiento natural.
Bajo mi punto de vista, la corrupción en el gobierno debería de ser un comportamiento reprochable, pero ya no por los ciudadanos, si no por los propios partidos políticos, porque el hecho de que el 85% de los españoles estén preocupados por este tema, y que los españoles le otroguen poco más d eun 5 a la democracia española puede desencadenar aún más en un verdadero desencanto político, desencanto que puede terminar por crear nuevos partidos como ya ha ocurrido en otros países que se presentan como salvadores y que finalmente acaban por arruinar lo poco que queda.
