Al final Túnez y Egipto se convertirán en los primeros de una gran cantidad de países que luchan por terminar con sus régimenes políticos injustos. Como si de una profecía se tratase, las protestas que se extendieron por toda África y parte de Asia, continuaban mientras los demás países casi nos centrábamos exclusivamente en Libia. En Libia y en un Gadafi que parecía no querer nada, solo seguir lo que un día había sido su Revolución Verde.
Mientras nuestros ojos estaban en Libia, los ciudadanos sirios siguen su lucha, siguen sus manifestaciones y no se conforman con los escasos cambios que les propone el gobierno. Y mientras, en Yemen, la situación tiene un final feliz. Finalmente, su presidente ha accedido, ha accedido a abandonar el poder, ha accedido a que sea el pueblo quien decida como se gobierna, y ha accedido a que por fin, haya lugar para la democracia. Eso sí, a cambio de su inmunidad. Porque claro, en política, como en todo, cada cosa tiene su precio.
