Parece que de repente, no se sabe como, a Rubalcaba le han venido todas las ideas de golpe. Y es que ahora habla de reducir cargos públicos, de asegurar que cada político ocupe solo un cargo en la escena, de aumentar el empleo, y de ayudar a los jóvenes.
Todos estamos de acuerdo con estas propuestas. Pero no son propuestas nuevas, son propuestas que la sociedad lleva tiempo pidiendo al gobierno, un gobierno que hasta el final ha hecho como si fuese sordo. Y ahora, de repente, cuando llegan elecciones, se acuerdan de nosotros.
Sintiéndolo mucho, señor Rubalcaba, déjeme decirle que llega tarde, demasiado tarde. Ahora ya no nos creemos lo que dice. No nos creemos que lleve más de 7 años de letargo en el gobierno y que de repente, ahora, y solo ahora cuando nos tiene que pedir el voto se despierte. Siento decirle que mi confianza ha bajado a límites históricos, y yo que voté a ZP me arrepiento ahora de haber perdido esas horas en elegir a un político que con talante y con pocas ideas nos llevó a donde estamos. Ahora señor Rubalcaba, no puede solo decirme que tiene ideas. El tiempo de las ideas era otro.
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