Lo de nuestro país ya no tiene nombre. Ya saben que yo con las catalistas que buscan a toda costa la independencia no voy muy de acuerdo, pero lo que Durán ha ido más allá de la raya, porque no es la primera vez que gallegos, andaluces o madrileños pasan a formar parte de sus discursos de todo menos bonitos.
Es ta vez, se ha basado en un argumento, que fuera de Andalucía y de cara a la política suele funcionar muy bien, el de buscar a un culpable que sea el destinatario de las subvenciones, y echar la culpa de la crisis.
La frase ha sido «en otros sitios de España, con lo que damos nosotros de aportación conjunta al Estado, reciben un PER para pasar una mañana o toda la jornada en el bar del pueblo». Y me encanta porque lo de pagar impuestos parece que sea sinónimo de tener más derechos, como si los andaluces no los pagasen. Y puestos a contar verdades, yo me pregunto quien fue el que construyó las carreteras catalanas, las infraestructuras de trenes, los hospitales, las escuelas, y todo lo demás. ¿Los catalanes, o los españoles?
Y es que una vez que uno se ha hecho rico, es difícil aceptar dar a los demás, pero cuando esa riqueza la hemos creado todos, quedársela sin más y probar a echarle la culpa a los demás, es como poco poco honesto. Y digo como poco.
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