Previamente, el convaleciente líder norcoreano dio a su hijo más joven, Kim Jong-un, su primer título público al nombrarlo general, en un hecho que para los analistas marca el primer paso de la sucesión en la dinastía gobernante del aislado estado comunista.
Medios estatales mencionaron a Kim Jong-un por su nombre por primera vez pero sin identificarlo como el hijo del gobernante, horas antes del inicio de la reunión del partido.
Kim Jong-il, de 68 años, habría sufrido un accidente cerebrovascular en el 2008, pero pese a su desmejorada salud no muestra señales de delegar su férreo mando, dicen expertos en el tema. Para ellos, su hijo es demasiado joven e inexperto para asumir completamente el gobierno del país.