Barcelona.- El líder del PP, Mariano Rajoy, tiene una vida plena de anécdotas y, en una entrevista con una televisión local catalana, ha revelado que en 1987 estuvo a un paso de que le tocase El Gordo de la Lotería y que su sueño, que no su prioridad, es ser presidente del Gobierno de España.
El canal de Televisión Costa-Brava ha emitido una entrevista con el presidente del PP en la que un grupo de discapacitados psíquicos de la asociación «El Trampolí» ‘desnuda’ en media hora a Rajoy, al que le preguntan cuánto gana, cuál es su plato favorito, por qué lleva barba y si le da miedo volar tras el accidente de helicóptero que sufrió en 2005.
En «De tú a tú», Rajoy dice que en 1987 se fue a vivir a Santa Pola (Alicante) tras la moción de censura que desbancó al gobierno de la Xunta de Galicia que lideraba entonces Gerardo Fernández Albor (PP), momento en el que Rajoy dejó de ser vicepresidente gallego y se refugió en su «oficina» como registrador de la propiedad.
«Cada jueves tenía una comida con mis compañeros, pero uno de esos jueves Fernández Albor daba una conferencia en Madrid y no fui a la comida, y allí se repartió un décimo (que luego fue) del Gordo de Navidad. Llamé a mis compañeros y nadie se había quedado con mi número», relata Rajoy, que recuerda que tocó por décimo 25 millones de pesetas de la época, «una pasta».
Rajoy, que dice cobrar algo más de 6.000 euros al mes, explica que su «sueño» es que sus dos hijos, de 5 y 11 años, «sean mejores que yo, que tengan salud y les vaya bien en la vida».
«Ser presidente del Gobierno también es mi sueño, pero mi prioridad pasa por mi familia», ha apuntillado.
Amante de la música Pop, sobre todo de los Beatles, y del cocido gallego, Rajoy recuerda también uno de los sucesos que marcaron su vida: un accidente de coche en 1979 en Palas del Rey (Lugo) que «me partió la cara -explica- y en el que pude haberme muerto» a la temprana edad de 24 años.
Preguntado por qué lleva siempre barba, el dirigente popular rememora el suceso, que le obligó a pasar por una «operación de cirugía estética» y motivó que se la dejase crecer para tapar las cicatrices.
«Pude haber muerto pero tuve suerte, y luego no me afeité la barba hasta 1996, cuando ya era ministro, durante un verano. Pero no me sentí identificado con mi cara», explica.
No fue el único accidente de su vida. En 2005 sufrió otro, esta vez de helicóptero junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, el alcalde de Móstoles y un cámara de televisión.
Desde entonces, cada 1 de diciembre se reúne con estas personas en la casa de alguna de ellas «para conmemorar nuestro segundo nacimiento». «Luego dicen que me llevo mal con Esperanza Aguirre», bromea.
Eso sí, «desde entonces no he vuelto a montar en un helicóptero y si puedo no lo volveré a hacer. Creo que se puede vivir sin montarse a un helicóptero… Antes volaba en avión como si tomara un café con leche y ahora no tengo miedo pero pienso que los hombres estamos hechos para estar en tierra».
En esta charla, en la que alguno de sus entrevistadores se emociona por la gentileza de Rajoy al prestarles su tiempo, el presidente del PP explica que la «clave» para atender a los discapacitados psíquicos es ofrecer las condiciones para que éstos afronten su vida «con normalidad e igualdad de oportunidades».
En una de las últimas preguntas, un discapacitado pone en un brete a Rajoy al interrogarle sobre «qué quiere ser de mayor»:
«Quiero tener amigos, la conciencia tranquila, ser feliz, que a mi familia la vaya bien, equilibrio, que a todo el mundo le vaya bien, tranquilidad, paz, sosiego (…) y empleo como primer objetivo».