Lo de PXC ya me parece alucinante. Pasamos ya de unos buenos titulares que deberían demostrar al electorado a que tipo de individuos están dando su voto. La última, después de la noche de los cuchillos, es una manifestación que no les aprobaron en contra de las mezquitas. Claro. Lo lógico. Manifestarse contra lo que otros opinan. Vamos a ver. En un país democrático, debería existir la libertad de expresión, de asociación y de manifestación teniendo en cuenta los derechos de los demás. En el momento en que unos individuos pasan por encima de eso, las libertades quedan acortadas. Entonces, el problema es delimitar hasta que punto una manifestación es o no respetuosa. Yo puedo protestar porque no estoy de acuerdo que parte de los impuestos se vayan a la religión, pero de ahí a ir contra las iglesias y suprimirlas, hay un trozo.
Y claro, volvemos a lo de siempre. O eres de A o de B. ¿Acaso no puedo ser español, europeo, catalán y de derechas y preferir que cada uno profese el credo que mejor crea oportuno? Parece que en este país ya no. Y creo que tantos españoles se están quedando sin partidos. Precisamente por la radicalización absurda.
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