Perdone jefe, es que estoy con la regla y por eso voy tanto al baño. Esta frase tan absurda, ridícula y fuera de lugar es la que tendrán que decir las empleadas de una empresa noruega a las que su jefe ha obligado a llevar una pulsera o brazalete rojo cada vez que tengan la regla, para justificar de esta forma que acudan al servicio con más frecuencia.
Ese empresario debe de estar obsesionado con la productividad de sus trabajadores y, en este caso, especialmente de sus trabajadoras, para llegar a adoptar una medida como esta, tan humillante, sorprendente y, sobre todo, reprochable. ¿Cuántos minutos se tarda en ir al servicio y volver al puesto de trabajo? ¿Cinco como mucho? Y alguien debería decirle a este señor que aunque una mujer tenga la menstruación no tiene que ir al baño cada cinco minutos, con ir cada dos, tres o cuatro horas es suficiente, así que en un turno de trabajo de ocho horas únicamente iría al servicio dos, tres o como mucho cuatro veces.
¿Y qué pasa con los hombres? ¿Acaso ellos no tienen que ir al servicio? ¿Este empresario noruego también obligará a sus empleados a lucir brazaletes cuando tengan problemas de próstata y deban ir al baño con más frecuencia? Sin embargo, los brazaletes no son la única medida adoptada por empresarios noruegos para controlar y vigilar a sus empleados para que rindan lo máximo posible en sus horas de trabajo. Un estudio de un sindicato noruego ha desvelado que en ese país el 66% de las empresas entregan a sus trabajadores tarjetas para controlar sus visitas al servicio y que muchas incluso han colocado cámaras de seguridad en las puertas de los baños.
Parece increíble que estas cosas estén ocurriendo en el siglo XXI y en Europa. ¿Dónde quedan los derechos de los trabajadores? ¿Dónde está su derecho a la intimidad? ¿Dónde está la separación entre vida laboral y vida privada? Confiemos en que las autoridades noruegas hagan algo al respecto y, sobre todo, que no cunda el ejemplo en otros países.
Fuente | Telecinco
