La Asociación de Empresarios de Hostelería y la Asociación General de Hostelería de Palencia había convocado para hoy miércoles una huelga y una manifestación para protestar contra la ley antitabaco. Sin embargo, la primera protesta contra esta ley no ha tenido el seguimiento que se esperaba. Aunque las dos asociaciones que han convocado la protesta cifran el seguimiento del paro entre un 70 y un 75% y la asistencia a la manifestación en unas 400 personas, parece que, como suele pasar en estos casos, la realidad ha sido distinta.
Es curioso que, mientras los hosteleros apelan a su libertad para decidir si dejan o no fumar en sus establecimientos, al mismo tiempo critican a los hosteleros que no han apoyado esta protesta. Y digo yo, ¿esos hosteleros también tendrán libertad para decidir si secundan o no la huelga, no? ¿O es que la libertad no es la misma y no es igual para todos y la utilizamos según nos convenga?
Muchos de los hosteleros han optado por no apoyar esta protesta porque creen que ya no sirve para nada, que las huelgas, las manifestaciones y las movilizaciones se tenían que haber realizado cuando todavía podían servir para algo, cuando la ley aún no se había aprobado ni había entrado en vigor. Y, personalmente, creo que no les falta razón.
Otra razón que han esgrimido los hosteleros palentinos para no sumarse a la huelga es que, además de no servir para nada, cerrar sus locales un día les supone perder clientes y, por tanto, dinero. Y creo que en este caso también tienen razón. Luego se quejarán de que la ley antitabaco les obliga a cerrar, a dejar a la gente en el paro, a perder negocios, de que la crisis les hunde y el Gobierno les remata, pero considero que hay otras muchas formas de protestar que no implican cerrar sus negocios y, de esta forma, perder todavía más dinero. Para eso están las recogidas de firmas o, sin ir más lejos, las urnas.
Fuente | El País