No me des peces, enséñame a pescar

Yo no digo que la culpa sea del ciudadano de a pie. Porque esta crisis ha sido muy dura incluso para el que ha trabajado toda su vida duro para conseguir lo poco que ha logrado. Sin embargo, aunque los políticos hayan sido unos ineptos que las únicas medidas que han puesto y que funcionan son las recaudatorias, nosotros tampoco creo, al menos en la mayoría de los casos que hayamos dado lo mejor de nosotros mismos.

Quizás porque en mi familia siempre se ha buscado emprender, quizás porque me enseñaron que se empieza por la base, quizás porque he trabajado desde camarera o dependiente de tienda por 20 euros a la jornada completa, a periodista en prensa y radio; quizás porque me he escapado de España para ver como funcionan el resto de países; quizás por todo eso, creo que veo las cosas de otra manera.

Mientras veo toda una generación de los 80`s cuyo casi único logro o aspiración es llegar a ser funcionario, sin esperarse nada más de la vida que un sueldo a final de mes que les de para vivir y les proporcione estabilidad, me pregunto que nos ha pasado. Me pregunto por que no podemos ser como los alemanes, porque los de nuestra generación se han montado empresas que producen; porque no podemos ser austríacos, que se pasan los veranos en los establecimientos turísticos para soñar con ser autónomos en su profesión; o incluso, porque no podemos ser italianos, que aunque vendan humo han sabido rentabilizarlo al máximo. Y no crean que creo que tenemos menos potencial, si no que lo estamos despercidiando, lo estamos mandando a la basura para estar detrás de una mesa y tomarnos cuantos cafés queramos mientras el público se queja por las largas esperas en la Administración.

En lugar de eso, creo que el cambio, lo que no es estable, esa locura de la que nos hablaba Steve Jobs es la única cosa que nos puede salvar. Y no queda mucho tiempo.