Montilla pone su fe en votantes de último minuto

Ya poco que da por hacer. Y el discurso de ayer de Montilla, justo antes de la jornada de relexión, fue bonito, pero ahí se queda. Un minuto es lo que se tarda en votar, y ese minuto decide si un parlamento es de Izquierdas o de Derechas. Bajo esta declaración Montilla pone su fe en votantes de último minuto, votantes de la misma naturaleza que su campaña. Porque la campaña de Montilla fue precisamente de las últimas.

Y es que la premisa de que la campaña desde el gobierno se hace precisamente gobernando,  no ha calado en el electorado. Con apenas un mes de mítines y promoción, Montilla no ha conseguido convencer de que él, sin el tripartito, puede ser la mejor opción para Cataluña. Y ahora ya, no hay marcha atrás. Una campaña tardía, un anuncio de que no habrá más tripartito tardío, y un candidato que de forma tardía ha continuado cediendo en intención de voto, porque los catalanes no han tenido tiempo de asumir todos los cambios que Montilla anuncio apresuradamente en solo un mes de campaña, mientras que CiU llevaba bastante más tiempo haciendo lo propio en promoción electoral.

Ahora, al PSC y a Montilla sólo le queda cruzar los dedos para que CiU no obtenga la mayoría absoluta, confiar en que el electorado que se iba a quedar en casa le elija como candidato y perder con honor, esperando, a que en las próximas elecciones las cosas se hagan con tiempo, y con una estrategia clara.

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Noticia | El País