Los intelectuales salen en defensa de Sánchez Dragó

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Después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, saliera en defensa de Fernando Sánchez Dragó tras la polémica desatada por su último libro, ahora son los intelectuales de nuestro país los que se lanzan a defender al escritor quien, en su última novela confiesa haber mantenido relaciones sexuales con menores de edad en Japón. Filósofos como Fernando Savater o Gustavo Bueno; escritores como María Dueñas, Luis Alberto de Cuenca, Benjamín Prado o Juan Bonilla; el cineasta José Luis Garci, el dramaturgo Albert Boadella y otros muchos famosos del mundo de la cultura han firmado un manifiesto que se titula Contra la quema de libros. Manifiesto por Fernando Sánchez Dragó.

De esta forma quieren poner fin a los ataques públicos que ha recibido en los últimos días el polémico escritor, incluyendo la retirada de sus libros. En el manifiesto los intelectuales expresan su solidaridad con Sánchez Dragó y afirman sentirse horrorizados ante las dimensiones y el tono que ha tomado esta campaña de insultos y persecuciones hacia el escritor. Para los que han suscrito el manifiesto, resulta incomprensible que se desate semejante odio hacia un escritor.

Sin embargo, van más allá y aseguran que el hecho que en forma de literatura relata Sánchez Dragó en su último libro está inequívocamente amparado por la ley ya que sólo se trata de haber mantenido algún atisbo de relación sexual con menores que actúan con su pleno consentimiento.

No contentos con eso, acusan a la sociedad española de atacar a Sánchez Dragó por ser una persona que se aparta radicalmente de los valores políticamente correctos, algo que para los intelectuales resulta intolerable y escandaloso porque va en contra de la libertad de expresión.

Resulta muy llamativo y paradójico que esos intelectuales que tanto defienden la libertad de expresión no dejen expresarse libremente a quienes consideran que los hechos que Sánchez Dragó relata en su libro son, si no ilegales, sí inmorales.  Resulta vergonzoso, repugnante y reprochable que un personaje público y reconocido que además trabaja en una televisión pública pueda afirmar incluso con sorna que ha practicado la pederastia, quedarse tan ancho e irse de rositas.

Ellos sí tienen libertad de expresión para decir todo lo que quieran, pero parece que sólo la tienen ellos. Cuando se les critica ya no es libertad de expresión, son ataques, persecuciones y quemas en la hoguera. Por otra parte, resulta también muy paradójico que continuamente hagan referencia a la quema de libros, cuando nadie ha quemado ningún libro. Y si se han retirado obras de Sánchez Dragó de la circulación o no es cosa de cada uno, ya que cada librería tiene libertad para decidir qué libros quiere vender y qué libros no. Porque la libertad es para todos, ¿o tal vez no?

Fuente | El Mundo