A Bin Laden le han dado un poco de su propia medicina. Ese es el sentimiento de gloria que hoy siente el pueblo americano. En este caso no importa si se es demócrata o republicano. No importa nada más que sentirse por un momento que la justicia ha sido vengada. Los sentimientos de millones de personas que sufrieron el 11S afloran por primera vez, tras una década en una verdadera sonrisa.
Los americanos se sienten orgullosos de haber puesto fin al que puso fin a la vida de tantos seres queridos. Y con los americanos, en menor medida, porque no tenemos tanto orgullo de nación, se suman a los cantos de victoria el resto de países del mundo.
Ha sido un golpe duro para AlQaeda. Ha sido una victoria tardía de los EE.UU y de todos los que luchamos contra el terrorismo, pero finalmente ha llegado.
