La victoria en tierras americanas se celebra. En el mundo occidental todos vemos la TV al menos con una leve sonrisa. Sin embargo, en el mundo árabe, territorio en muchos casos de los seguidores de Bin Laden, aunque la noticia ha sido acogida con ansias de que todo el movimiento de AlQaeda termine, lo cierto es que los miedos son grandes. El miedo a las ya anunciadas represalias de los talibanes.
Y así, el día de hoy empezaba en Paquistán, lugar de la muerte de Bin Laden con altas medidas de seguridad; escuelas católicas cerradas, templos que mantenían máxima alerta y miedo. Un miedo que se palpaba en las calles. Un miedo contra el que es difícil andar, después de ver lo que el monstruo del terrorismo es capaz de hacer.
Los presidentes de Afganistán, de Paquistán e Israel entre otros, se alegraban del éxito de la operación americana. Pero ese éxito, ese objetivo que se le quedó a los EE.UU estancado durante toda una década, puede derivar en nuevos ataques, en nuevas amenazas, para las que el mundo, ahora puede estar más preparado que cuando fue del 11S, pero no debemos olvidar que ellos usan las mismas armas, a lo que hay que aplicar la no ley. Por lo que tienen las de ganar.
