Las refinerías de Francia en huelga contra Sarkozy

Huelga depositos combustible franceses

La huelga francesa es una de esas que le pone las cosas a su presidente, Sarkozy. Ayer os comentábamos desde aquí como iban las cosas por el país vecino. Pero en lugar de mejorar, hoy han ido a peor. Esta vez la adhesión a la huelga ha sido por parte de las refinerías.

Las refinerías de Francia en huelga contra Sarkozy

En Francia hay un total de 12 refinerías, las cuales se han declarado todas en huelga contra la reforma de pensiones que Sarkozy ha propuesto. 5 de ellas continúan bloqueadas por los sindicalistas, que impiden la entrada o salida de camiones cisterna. Por si fuera poco, la decisión de unirse a la huelga por parte de las refinerías francesas, ha provocado otra consecuencia; ya no funciona el oleoducto que suministra combustible a los aeropuertos parisinos.

Los depósitos de combustible también han sido objeto de los sindicalistas, que los han bloqueado. La policía lucha con todas sus fuerzas para frenar lo que se puede convertir en un desabastecimiento de combustible para todo el país, peor por ahora, parece que no obtiene los logros necesarios para hacer desistir a los sincicalistas y a las refinerías de Francia en huelga contra Sarkozy y su nueva ley de pensiones.

Peligro de desabastecimiento

Los franceses temen un desabastecimiento general, y la ola de frío que está ya en Europa Central parece asustar al ciudadano medio que ha optado por llenar sus depósitos propios

Sin embargo, las refinerías de Francia se han sumado a la huelga las últimas. Los liceos y universidades continúan con su particular protesta ante la propuesta de Sarkozy. Y si ayer eran entorno a los 300, hoy ya han sobrepasado la cifra. Desde el gobierno temen que se radicalice la protesta.

Todo un país contra su presidente

El modo de hacer huelga de los franceses debería servirnos a los españoles para aprender como se protesta contra las medidas propuestas por un presidente. Con fuerza, unión y objetivos claros. Y no cuando ya no hay nada que hacer…

Noticia | El País