Gadafi volvió a mostrar ayer lo que ya viene siendo un egocentrismo que solo el empieza a entender. Y es que lleno de orgullo con sabor a revolución verde, Gadafi se dio el placer de pasearse en un coche abierto en su parte superior por las calles de Tripoli, mientras los rebeldes bombardeaban la ciudad. Ciertamente, las imágenes que pudimos ver en los telediarios no mostraban más que a una Tripoli casi desierta y que todos los viandantes que veían a un Gadafi osado para muchos, estúpido para otros, quedaban boquiabiertos ante la actitud del lider.
Y es que lo cierto es que la actitud de Gadafi, que pretende representar ante los medios y el pueblo quien sigue todavía siendo el poder, dejo, en la prensa internacional la imagen de un lider libio, que además de estar hundiéndose en sus propios deseos de poder, no es capaz de actuar con racionalidad, no es capaz de entender que es lo que está haciendo, y que solo actúa por un orgullo que le impulso a hacer cosas más que estúpidas.
Aunque dicha estupidez de Gadafi, ese perder los nervios del lider libio ante tanta presión puede que juegue un papel fundamental para los del otro bando, para los rebeldes, si son capaces de mostrar al mundo, justo la imagen contraria.