Parece que todas las manifestaciones que se están teniendo en los más diversos lugares de España, esas que simplemente protestan por gobiernos que ya no se preocupan de los ciudadanos, esas que nacieron en redes sociales, con el objetivo fundamental de que hay que castigar a los políticos que han transformado al país en una empresa a la que no se sabe que intereses, más allá de los propios está defendiendo, van a llevarse a cabo con total normalidad.
La polémica encendida por la prohibición de este tipo de eventos democráticos llevo a las redes sociales el malestar y la convocatoria de todavía más protestas, protestas que piden a gritos una democracia de verdad. Y la conclusión ha sido la que los ciudadanos esperábamos pero no asegurábamos que se cumpliese, que la policía no va a intervenir. Que no es digno, que el ciudadano salga a la calle para decirle al gobierno que no le gusta lo que hace, que quiere cambios, y que estos se verán en las urnas, y que estos sean castigados por unas fuerzas del orden que siguen mandatos electoralistas.
¡Menos mal que todavía queda algo de democracia en nuestro país!