Nadie se esperaba lo de hoy. Rajoy estaba convencido que una vez más Caps aguantaría el huracán. Pero las elecciones no podían darle el tiempo necesario para afrontar un juicio, por tanto la única vía de salida a la dimisión inminente, y la que todos estaban seguros que tomaría sería la de declararse culpable por cohecho. Camps, se convertiría de ese modo en el único presidente autonómico con antecedentes penales. Sin embargo, todo se torció. Mariano Rajoy intentó salvarlo. Pero Camps no quiso pagar el precio que debía para salvarse. Prefirió abandonar. Abandonar manteniendo su inocencia
El juicio se celebrará con dos de los candidatos declarados culpables, y los otros dos inocentes. Pero eso es lo que menos importa. A mí, lo que me más me ha llamado la atención, es que Camps ha dado a España la demostración de lo que debe ser un político. Porque ha preferido mantener su integridad física, que venderse al poder. Con un PP que no le ha dejado más salida que la de ser culpable para seguir gobernando, Camps ha renunciado a un mandato por elección del pueblo, de los valencianos que le otorgaron la mayoría absoluta con tal de defender su verdad. Una verdad que a mi parecer, vale mucho más de lo que puede valer cualquier discursos político. Por ello, a día de hoy, me gusta Camps.
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