Nos parece que a día de hoy la libertad de prensa está garantizada. Que vivimos en un mundo en el que cada uno es libre de opinar y expresar lo que requiera oportuno. Sin embargo, hay realidades que se quedan en pura ficción. Hoy les voy a hablar del caso del presidente de Ecuador, Correa, el cual demando al periódico de mayor tirada nacional por considerar un artículo de opinión de la editorial como un insulto a su persona. El juicio ha salido a su favor y condena a 3 de los periodistas a 3 años de cárcel ya una indemnización de 40 millones de dólares.
Sin embargo, el problema lo veo apenas me pongo a leer las declaraciones de su abogado, las que asustan, porque auguran una libertad informativa cohartada y el ansia de un presidente al que le gustaría que Ecuador llegase a parecerse a la Venezuela de su aliado Chávez, en la que hablar contra lo oficial es casi delito. Las declaraciones del abogado de Rafael Correa han sido «existe en el Ecuador en este día la verdadera defensa de la libertad de expresión, una libertad de expresión que consiste en que no exista el derecho al insulto». Y todo ello, porque en una columna de la editorial el periódico El Universo escribió: Palacio aseguraba que durante un levantamiento policial el 30 de septiembre de 2010 él ordenó «fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente».
En fin, que ahora es la prensa la que pide el apoyo ciudadano. Ya se han movilizado en las redes sociales. Y esperemos que sean los ciudadanos los que se levanten. Los que se levanten contra la guerra sin sentido de la desinformación. Porque ese, es el peor de los males, que llevan como primera consecuencia a pasar d euna democracia a una dictadura.
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