Sinceramente, somos hipócritas. Somos demasiado hipócritas. AUnque era sabido que Gadafi y Berlusconi tenían una relación amable, hoy han saltado a la luz públcia todos los negocios que se traían ambos entre manos. Y claro, Italia y Berlusconi temen por sus negocios e inversiones ante la crisis de Libia. No temen por la vida de la gente. No temen por lo que este seños de nombre Gadafi le hace al país. Temen por el puro billete.
Sinceramente, si Italia fue capaz de darle el si quiero a un dictador empedernido, preocupado por absurdos rituales y por pasearse por todo el mundo con su jaima gastándose millones de dólares, mientras su pueblo moría de hambre. Si Italia intercedió para que Libia se llevase más millones e interrumpiera entre comillas la inmigración que partía de sus costas. Ahora que todo esto ha explotado, quizás sea mejor que ambas naciones cambien de lider. Porque a uno, le quedan ya pocas horas de vida, por muy fatídico que sea su discurso, y al otro le espera una condena por prostitución infantil. ¡Vaya pedazos de presidentes que se gastan algunos!