Hoy me encuentro delante de las declaraciones de Anna Terrón, secretaria de Estado para la inmigración y me pregunto si los políticos todavía viven dentro de las fronteras del país, o se han ya pasado a la estratosfera. El tema es la inmigración ilegal, y la señora dice que a día de hoy, los inmigrantes ya no vienen a España por “la fuerte apuesta que ha hecho el Gobierno por un modelo de inmigración ordenado y basado en la regularidad”. ¿Eh?
Si, digo yo que sus motivos tendrá para semejante afirmación. Pero yo también tengo los míos para afirmar todo lo contrario. Porque con un país con más del 20% del paro, el primero de toda la Unión Europea, cuyas expectativas económicas vienen justo detrás de Portugal y Grecia ambos al borde de la bancarrota, ya no es un país en el que el futuro parezca de color de rosas.
Porque aunque a Anna Terrón le parezca increíble, si ya ni a los mismos españoles les parece que España sea país en el que el bienestar pueda llamarse de ese modo, ¿creen ustedes que les va a parecer a los extranjeros? Emigrar significa hacerlo para mejorar el nivel de vida, algo que solo puede obtenerse mediante un trabajo, y con más de un 20% de paro, lo cierto es que la realidad de emigrantes hacia España se ha llevado el susto y ha optado por países como Francia o Italia, en los que las posibilidades, si no son plenas, al menos son mejores. ¿Fuerte apuesta del gobierno? Sí, claro, para quien quiera creerle.
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