Los 32 vecinos de Garísoain, un pequeño pueblo de Navarra, han decidido plantar cara a la Iglesia para que no le quite la propiedad de la ermita de la Virgen del Pilar de la localidad después de que el Arzobispado de Pamplona ya se apropiase de la iglesia, la casa parroquial, el huerto, el atrio y la casa del cura.
El Arzobispado llevó este caso a los tribunales y ahora una jueza ha dado la razón a los vecinos, que defienden que tanto la iglesia como al ermita se han mantenido a lo largo de los años gracias al dinero, el esfuerzo y el trabajo de los vecinos y no de la Iglesia, que se había olvidado de estos bienes hasta que ahora ha querido apropiarse de ellos.
Esta es la primera vez que la justicia falla de esta forma en contra del clero. Pero los vecinos de los 117 municipios que forman la Plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro, que reclaman a la Iglesia 1.086 bienes, esperan que se siente jurisprudencia. Pero esto no ocurre únicamente en Navarra, sino en muchas otras Comunidades Autónomas y municipios.
Parece que en los últimos años la Iglesia se ha dedicado a poner a su nombre bienes y patrimonio de los que hasta ahora no se había acordado, ni para mantenerlos ni para financiarlos o recuperarlos ni, mucho menos, cuidarlos. Visto lo visto, parece que sólo le interesa los bienes, el patrimonio, tener su propiedad y, en definitiva, el dinero.
Fuente | Público
