Cada vez lo tienen más difícil para fumar, al menos en lugares públicos cerrados. Y por eso han agudizado el ingenio y la picaresca ha vuelto a resurgir en nuestro país gracias a la ley antitabaco. Desde que entró en vigor el pasado 2 de enero la reforma de la ley antitabaco, los hosteleros dicen que se ha duplicado e incluso triplicado los sinpas. Sinpa significa sin pagar, marcharse del establecimiento sin haber pagado la consumición.
Siempre ha habido gente inteligente, lista y listillos, y parece que estos últimos abundan últimamente en nuestro país, si es que en algún momento han dejado de existir. Se piden un café, una copa o lo que sea, se lo toman y aprovechan que tienen que salir a la calle a fumar para no volver a entrar al establecimiento y marcharse sin pagar.
Así de sencillo. Y así de triste. Es curioso que los fumadores, además de apelar a su libertad, apelen sobre todo a las pérdidas que la ley antitabaco va a ocasionar en el sector de la hostelería para pedir al Gobierno que la retire. Es cierto que no se puede generalizar, que no se puede meter a todos en el mismo saco y que cada persona es un mundo.
Pero, aun así, me resulta llamativo y paradójico que esos mismos fumadores que tanto defienden a los hosteleros, sus negocios, sus puestos de trabajo y sus ingresos, quieran ayudarles marchándose de los locales sin pagar. ¿Y así pretenden echarles una mano a los hosteleros para evitar que la ley antitabaco les afecte negativamente y provoque el cierre de locales y el despido de camareros, haciendo sinpas? Pues pobres hosteleros, no me gustaría estar en su lugar.
Fuente | Público