El también presidente de la Cámara de Diputados fue expulsado en julio del partido Pueblo de la Libertad que había formado con Berlusconi, dejando al Gobierno sin una mayoría clara en el Parlamento después de meses de fricciones crecientes entre ambos.
Fini, que denunció su expulsión como un acto de «estalinismo» de parte de los aliados del primer ministro, llamó a una reforma constitucional y exigió al Gobierno centrarse en los problemas económicos y la justicia social, pero rechazó las acusaciones de deslealtad.
«Nunca he disputado el liderazgo de Berlusconi», dijo en un discurso televisado en un encuentro con simpatizantes en Mirabello, en el norte de Italia.
«En varios casos he criticado (…) su manera de confundir el liderazgo con su papel de dueño de empresas, que es una cosa completamente distinta», acotó.
Fini, de 58 años y que tiene el apoyo de 34 diputados y 10 senadores, tiene el poder de bloquear las leyes. Su discurso fue la primera declaración sobre la postura que adoptará cuando el Parlamento retome sus actividades esta semana.
Berlusconi, de 73 años, se ha jugado el futuro de su Gobierno de centroderecha en un programa de cinco puntos con medidas que van desde reformas judiciales hasta la ayuda para el sur del país, que será objeto de una moción de confianza en el Parlamento.
Fini dijo que su grupo no usará sus escaños para derribar al Gobierno, pero exigirá tener derecho a opinar sobre cada de uno de los puntos.
«Apoyaremos lealmente el programa. Vamos a pedir saber cómo se aplicará el programa y con un espíritu constructivo avanzaremos con nuestras propuestas», agregó.
De acuerdo con una encuesta de opinión del domingo, el partido de Berlusconi lograría el 29,7 por ciento de los votos si se hiciera una elección ahora, dos puntos menos que en julio, mientras que el Partido Democrático de centroizquierda tendría un 27 por ciento.
Con el apoyo de la federalista Liga del Norte, cuyo fuerte apoyo regional le permitiría alcanzar un 11,5 por ciento, Berlusconi podría retener el poder, aunque con una mayoría reducida. El grupo escindido de Fini lograría un 6,3 por ciento.
Fini acusó a Berlusconi de «genuflexióon» con motivo de la visita del líder libio Muamar el Gadafi la semana pasada y de «agachar la cabeza» la Lig aNorte, pero al mismo tiempo indicó que una disolución anticipada de las Cámaras «sería un fracaso para todos».