Aunque 2012 parece ser el año de las reformas, incluidas todas las que no se hicieron antes y sobre todo las que menos nos gustan a los ciudadanos, ni siquiera con esas somos capaces de convencer a Europa de que nuestra fuerza es importante. Primero con la subida del IRPF, luego llegaron las modificaciones en la reforma laboral, más tarde subida de impuestos a Sociedades y a los capitales en depósitos, luego la luz y el gas, y ya por último el tabaco. Y aún con todo eso, con el salario mínimo y los sueldos de los funcionarios congelados y los presupuestos de los ministerios bajo límites históricos, a Europa no le parece suficiente.
Y is Europa fuese de mi idea de aumentar los recortes a los privilegiados políticos, que parecen ser los únicos en sacar beneficio de todo esto, y a quienes no afectan las medidas que ellos mismos proclaman pues hasta les daría la razón, pero visto que lo que quieren es apretarnos la soga a los únicos que mantenemos vivo este país, será mejor que directamente nos impulsen al suicidio colectivo, porque mucha más opción no queda.
Y para los que creen que las cosas no están tan mal, ya no les digo que piensen en quien cobra el sueldo mínimo, porque ellos apenas pueden permitirse pensar en lo que significa llegar a fin de mes, pero piensen en los famosos mileuristas, aquellos que con 1000 euros deben afrontar un 18% de retenciones como mínimo de su salario, un alquiler o hipoteca que están por las nubes, los servicios de casa que se han encarecido más de un 5% respecto al año pasado, la gasolina que cuesta a día de hoy un 9% más, y todas las tasas estatales y comunitarias que se pagan por el coche, la casa y demás términos, y el IVA en todas sus compras. ¿Cuánto les queda? Pues poco, e incluso nada si tienen que afrontar una familia. Entonces ¿dónde nos quieren apretar más?
Pues no lo sé, pero ni a Italia con Mario Monti al frente, ni a Francia con Sarkozy, o al propio FMI con Gerry Rice como portavoz les parece bastante. Aunque yo les propongo un reto a todos ellos. Vénganse a vivir a España como mileuristas, y entonces hablamos de lo que nos pueden pedir.
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