Europa; la crisis que no se acaba nunca

Yo sinceramente no entiendo nada. Si una empresa lanza un producto, por muy bueno que le parezca, sino lo vende, lo retira del mercado. Si alguien busca destacar en un oficio, y no lo consigue con los años, lo deja para dedicarse a otra cosa. Pero parece que lo que es lógico en las economías personales y en las de empresa, no lo es en la de Estado, o mejor dicho, en las de Estados, porque en este caso hablo de la Unión Europea, ese sueño que nunca llegó y que ahora pasa altas facturas por mantenerse.

Se ha demostrado ya varias veces que la austeridad como receta que están aplicando no sirve. Y que no sirve se aplique donde se aplique. Y es que si echamos la vista atrás nos damos cuenta de que esto comenzó en Grecia. E iba a ser un rescate. Al final ya ni sabemos cuántos van y el último es siempre más necesario que el anterior porque el país heleno se ahoga en sus propias deudas, fruto no solo de un mal gobierno, sino de toda la receta aplicada a partir del momento en el que se detectó el problema. Y para aquellos que decían que Grecia ra diferente, luego vino Portugal, seguida de Irlanda. Luego nos toco a nosotros, los españoles. más tarde fueron los italianos, Y a día de hoy los franceses tienen problemas, los ingleses quieren salir de Europa, y los suecos invaden la calle en protestas durísimas. Si a eso le sumamos el rescate que sufrió Chipre, que Malta está peor que nunca y que en centroeuropa la cosa tampoco está mejor, solo nos queda un país al que no le ha afectado en absoluto. Alemania. Y ni eso porque su economía no crece por el escaso consumo que tenemos el resto de países que les comprábamos.

¿Y hacia dónde queremos ir? Pues parece que aquí los caminos se dividen. Y una Merkel preocupada por ganar de nuevo las elecciones (sería hora de que dejase el testigo que mucho tiempo en la silla nunca ha sido sano) se equivoca metiéndose en asuntos como recomendaciones al Banco Central o amenazas directas a quien no cumpla con la Comisión Europea. Alemania se vendió como un socio más, pero ahora se le olvida disimular que manda. Lo malo de todo no es que mande. Sino que no sabe mandar, y a este paso, nos hundimos del todo, pero ellos, caerán también. Y a ver luego a que país del Sur le echan la culpa.