Las autoridades canarias se encuentran estos días decidiendo si conceden o no asilo político a 16 saharauis que llegaron este pasado miércoles a Fuerteventura en patera y que actualmente se encuentran internos en el centro El Matorral. Una difícil papeleta la que le ha tocado a Canarias. O hablando más claro, un auténtico marrón. Porque esto no hace más que complicar las tensas y difíciles relaciones que en los últimos meses mantienen España y Marruecos.
Este asunto no tendría mayor importancia ni repercusión, sería un caso más de inmigrantes llegados a las costas españolas, si no fuera porque los 16 saharauis, además de proceder del Sáhara, con todo lo que eso significa, además han declarado que huyen del infierno, la represión y las torturas de las fuerzas de seguridad marroquíes.
Estos saharauis habían estado en el campamento de El Aaiún y habían logrado huir de los conflictos y disturbios que se produjeron cuando el ejército marroquí desalojó el campamento el pasado mes de noviembre. Ahora llegan a Canarias con la esperanza de que España les dé asilo político.
¿Qué hará ahora el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ante esta difícil situación? ¿Finalmente permitirá que Canarias ofrezca asilo político a estos 16 saharauis? ¿O, por el contrario, no lo permitirá, con tal de no enfadar a Marruecos, al que parece tener un miedo enfermizo?
Personalmente, y viendo los últimos antecedentes, me inclino a pensar que Zapatero no se va a atrever a disgustar y enfadar a Marruecos, vamos, que no va a querer llevarle la contraria. Porque últimamente lo único que hace nuestro país es bajarse los pantalones ante Marruecos. Y, desgraciadamente, me temo que esta vez no va a se distinto. Ojalá me equivoque.
Fuente | ABC