Ciertamente, cuando existen fondos de financiación serios, que provienen además de Europa, para subsanar las diferencias entre regiones, debería por fuerza existir un organismo que los controle. Bueno mejor dicho, deberían ser los políticos honestos los que pensasen en que utilizarlos. Pero no es así. Y un nuevo ejemplo de que en política parece que la honestidad se ha esfumado, hoy les quiero hablar de Muíños, un ayuntamiento de Ourense, en el que su alcalde se ha permitido financiar con los fondos europeos unas fiestas en las que se incluía una corrida de toros.
Cuando se le pregunta los hechos, la desfachatez llega a su más álgido punto, porque en primer lugar admite que han sido unos 5000 euros de nada, para luego añadir que la gente lo pedía y que la oposición la cual no tiene representación política no entiende al pueblo y por eso ha ganado las elecciones.
Más allá de la honestidad para invertir el dinero público, aquí detrás hay todo un discurso en el que la mayoría política puede jugar en contra de la ciudadanía, porque cuando un partido puede hacer de todo sin oposición, parece que el poder es la única razón de ser, y ya no lo que realmente quiere el pueblo. Creo casi que las mayorías, en democracia deberían estar prohibidas.
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