La campaña americana para las próximas elecciones legislativas de noviembre, en las cuáles están en juego toda la cámara de Representantes y un tercio del Senado. Pues bien, los tan polémicos Tea Party han empezado su particular campaña. alrededor de los EE.UU, la cuál empezará en Reno (Nevada) y terminará en Concord (New Hampshir).
La principal consigna del partido ultraderechista américano, el Tea Party, es que quieren que se les «devuelva su país» abogando por medidas como la menor intervención del Estado y la práctica desaparición de los impuestos. Sin embargo, este discurso se mezcla con una práctica ausencia de un programa político definido y con posiciones extremistas dentro del propio partido.
Lo cierto es que la corta historia del Tea Party está llena de escándalos. Su principal estrella mediático-política, Sarah Pallin y sus, para muchos, escandalosas declaraciones calificadas de ultraderechistas o sus acusaciones de abusos de poder son sólo el inicio de todo lo que se mueve dentro del Tea Party. De hecho, Christine O’Donnell, una de las candidatas a ocupar un puesto en el Senado norteamerciano, declara públicamente que no cree en la evolución y ha tenido que declarar públicamente que «no es bruja» debido a unos comentarios anteriores suyos con respecto a sus creencias en la brujería.
Sinceramente, creo que EE.UU se merece más que que llegue al poder un partido de estas características. Un partido que además de tener entre sus miembros, extremistas de derecha, se proclama como defensor de la guerra de Irak y niega los derechos a parejas homosexuales. Un partido, que bajo mi modesta opinión, no está a la altura de la sociedad americana, por mucho que sus ciudadanos estén cansados de las promesas de republicanos y demócratas, siempre hay otra salida más allá que optar por la radicalización.
Noticia | El País