Parece que por fin, tras la tempestad, y yo diría mejor la gran tempestad llega la calma. Después de acribillarnos con ajustes y cuentas de déficit que saben que España no podrá cumplir como tantos otros países arriesgándoles a sufrir una sangría de paro, pobreza y caída en picado del PIB, ahora las cosas en Europa parece tomar un nuevo rumbo; y se lo debemos de agradecer al que será, si los sondeos no fallan el nuevo presidente francés Hollande.
El reinado de la Austeridad Absoluta, que nada tiene que ver con el Absolutismo monárquico de otra época, si no con aquello de no gastar más de lo que se tiene en tiempos de recesión, podría llegar, incluso antes de que Rajoy nos sorprenda en el próximo viernes negro. ¿Por qué lo decimos? Pues porque ya están preparadas unas cuentas medidas que se llevarán a Bruxelas con el fin de que los países crezcan y puedan aumentar el tiempo para cumplir con el sangrante 3% de deficit.
España sería una de las más favorecidas con todo este asunto, más viendo aún que con las cuentas por encima de lo previsto, nos espera un largo camino de subidas de impuestos y de recortes hasta el próximo verano y que nuestras expectativas de crecimiento no llegarán hasta dentro de al menos un par de años.
En fin, que como se suele decir, en este caso, en lugar de salvados por la campana, diríamos salvados por la campaña de Holland.
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