Las declaraciones que ayer hizo el presidente de Castilla La Mancha, el socialista, José María Barreda han tenido sus repercusiones. A decir verdad, no las que me esperaba.
Bien es cierto que el modelo político español se basa en la lealtad al partido y por tanto al líder político. Pero no es menos cierto que lealtad no implica defender a toda costa opiniones u acciones que vayan en contra de los intereses de todo el país, y que al mismo tiempo estén llevando al PSOE a la ruina.
Hoy, han salido a la palestra casi todos los líderes regionales para defender a su presidente, el señor Rodríguez Zapatero. Y, si bien hubo divergencias en el tono, todos concordaron con que no se le puede hechar la culpa a Zapatero de todos los problemas de España, y todos han admitido que cuentan con el para promocionarse en las futuras elecciones autonómicas de Mayo.
Bajo mi punto de viste, hoy en día parece que las cosas en política han cambiado, y no vale más el que más le hace la pelota al jefe, sino aquel con un criterio propio, capaz de conectar con la base de la ciudadanía y transmitirle un mensaje de cambio. De hecho, creo que el señor José María Barreda, ha hecho bien en distanciarse de Zapatero y de defender su propio modo de dirigir la comunidad que representa. Es más, creo que actualmente, pertenecer al PSOE y admitir que se tiene una visión divergente de la de ZP es sinónimo de aumento de votos. Y al fin y al cabo, de eso es de loq ue trata.
Para concluir, añadir una declaración que hizo ayer, Barredo con referencia a las declaraciones de los líderes de otras comunidades, y es que Zapatero tiene alrededor «más papistas que el Papa».